Pasamos el Domingo juntos. Fuimos a comer a Nando's (su restaurante favorito) y estuvimos toda la tarde tirados en la hierva del parque mirando las nubes. Fue un día perfecto.
Al anochecer volví a casa, donde me estaba esperando mi madre.
-¡Coraline! ¿Dónde has estado?- Dijo mi madre un poco enfadada.
-Dando una vuelta, quería despejarme.- Mentí.
-Tengo que hablar contigo...-
-¿Qué pasa?- Pregunté.
-Me han llamado del colegio...- Suspiró.
'Que no le dijeran nada de lo que me pasa, por favor' Pensé mientras cruzaba los dedos.
-Me han dicho que estas bajando y que faltas a algunas clases. ¿Te pasa algo?-
-No mamá, no me pasa nada.- Dije.
-Bueno, pues quiero que te pongas a estudiar y que no faltes a ninguna clase.- Me ordenó.
Yo asentí y subí a mi habitación.
Me tumbé en la cama mirando el techo y pensando como podría aguantar todo lo que me estaba pasando y no faltar a clase.
Al cabo de un largo rato me quedé dormida.
A la mañana siguiente me levanté para ir a clase. Desayuné, me vestí y salí. Niall ya estaba en la esperándome en la esquina de mi casa.
-Buenos días pequeña.- Dijo, y me dio un beso.
-Buenos días.- Dije en tono seco.
Empezamos a caminar en dirección a clase en silencio.
-¿Te pasa algo?- Preguntó.
-Han llamado a mi madre del colegio y le han dicho que estoy faltando a algunas clases y que mis notas están bajando...- Expliqué.- Es por culpa de esos niñatos.
-No pasa nada, yo te protegeré.- Dijo sonriendo.
Le devolví la sonrisa.
Al llegar el se fue para su clase y yo para la mía. A lo largo de la mañana estuve aguantando a los niñatos de turno, solo me quedaban dos horas y ya sería libre. Pero no sé si podría aguantar más.
-¡Eih! ¿Por qué no nos haces caso? ¿Quieres que te peguemos a ver si así nos escuchas?.- Oí.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Cuando decían eso es que lo iban hacer en algún momento.
Al acabar la clase salí corriendo hacia el baño, no podía aguantar más. Ellos venían corriendo detrás.
Me empujaron contra el suelo y caí dándome un fuerte golpe en la cabeza. Miré alrededor, nadie hacía nada. Me levanté como pude y me metí en el baño. Empecé a llorar y me miré al espejo, tenía un moratón en la cara.
Acabaron las clases y me fui a casa. No vi a Niall por ninguna parte.
Por suerte cuando llegué mi madre no estaba, fui al baño a taparme el moratón y me fui a llorar a mi habitación. Quería cortarme así que cogí una cuchilla, me remangué y justo cuando lo iba hacer vibró mi móvil. Era un mensaje de el: 'Perdón por no esperarte es que en clase de gimnasia fuimos al campo a correr, lo siento. ¿Todo bien?' Me sequé las lágrimas y conteste: 'No pasa nada, todo bien.' No quería molestar a Niall con mis cosas ni quería que el estuviera mal por mí, así que esa era la mejor opción.
'Me alegro' contestó' No le contesté y me tiré en la cama, vi que algo brillaba en mi mesa, era mi cuchilla, no sabía que hacer...
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