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miércoles, 1 de enero de 2014

3º Capítulo: 'Estoy aquí para ti'

Me pasé toda la noche hablando con el por mensajes. Me hacía sentir muy bien, pero en realidad yo no estaba preparada para salir con alguien, por que le haría daño.
No quiero que un chico tan guapo como el acabe mal por mi culpa.
Tras una larga noche de mensajes me levanté muy temprano para salir rápido y llegar pronto al instituto y que no me vieran.
Salí de casa y llegue a clase.
Me encontré a Niall ya sentado en la mesa. Me senté a su lado y estuvimos hablando hasta que llego el profesor.
El profesor estuvo explicando durante toda la hora. Sonó el timbre y salimos a la siguiente clase. No quería encontrarme con los niñatos de turno así que fui corriendo a mi siguiente clase. Niall me vio y corrió detrás mía. Entramos en clase y me dijo:
-Coraline. No puedes seguir así huyendo de ellos. No quiero verte mal. Se nota que no duermes por las noches y no quiero que llegues al punto al que llegan algunas personas. El de cortarse.-
Se me cayó una lágrima y baje la mirada.
-No, Coraline, no por favor. Dime que no lo has hecho.- Me dijo.
De repente entró el profesor y Niall se fue a otra clase, por que esa no era la suya.
No lo volví a ver en toda la mañana.
Salí del instituto y fui a casa. Y por mala suerte me los encontré por el camino...
-¡Gorda!¡Fea!¡Tonta!¿A dónde vas tan apurada? Espéranos que te acompañamos.- Dijeron.
Yo empecé a correr y vi que venían corriendo detrás mía. Por suerte pude llegar a casa a salvo.
Nada más entrar tiré la mochila en el suelo y fui corriendo a mi habitación. Me derrumbé.
No podía dejar de llorar. Por suerte mi madre no estaba en casa, estaba trabajando. Grité y lloré todo lo que pude. Hasta que me cansé. Eso no me aliviaba. No quería volver a coger la cuchilla por que Niall no quería que lo hiciera. Pero no aguantaba más, así que cogí la cuchilla, la puse en el brazo y justo timbraron a la puerta.
Baje a ver quien era. Era Niall. Me tapé el brazo y escondí la cuchilla.
-Hola, he visto como corrías para esconderte de esos niñatos. En serio, tenemos que hacer algo, no quiero verte así de mal, se nota que has estado llorando.- Me dijo mientras me secaba las lágrimas.
-No hay nada que hacer, van seguir así siempre.-Dije.
-No, ya verás como hay alguna solución.-
-Bueno, eso lo pensamos después que tenemos una conversación pendiente.-Me dijo mirándome para el brazo.
- No. No tengo nada. No hace falte que mires.- Le mentí nerviosa.
De repente me levantó la manga de la sudadera y lo vio lleno de cortes.
-Lo sabía Coraline. Se te nota.- Dijo.
-Perdón pero no encuentro otra forma de sentirme mejor...-Dije llorando.
-Coraline. No quiero que lo vuelvas hacer..-
Yo empecé a llorar y me fui a la habitación. El vino detrás mía y se sentó en el suelo dónde estaba yo.
-Sé que es difícil pero al menos inténtalo...-Me dijo.
-¡Es muy difícil! ¿Tu sabes lo que es que te maltraten? ¿Sabes lo que es tener miedo a pasar delante de un grupo de gente adolescente? ¿Sabes lo que es llorar todas las noches sin nadie que me consuele? ¿No verdad? Pues no digas que lo intente. Por que va ser imposible.- Le dije.
-No, no sé lo que es pero sólo sé que cuando estés mal y te vayas a cortar, me llames. Yo te ayudaré en lo que pueda. Te acompañaré a casa a las mañanas para que no te los encuentres y te protegeré en clase ¿Vale?.- Me dijo abrazándome.
Yo asentí con la cabeza. Entonces el me besó.
-Ahora me tengo que ir, que tengo que cuidar a mi sobrino. Pero si estas mal llámame y no te cortes.- Dijo.
-Vale...- Dije secándome las lágrimas.
Se fue de casa y yo me puse a hacer los deberes antes de que viniera mi madre.
Después me tumbé en la cama a descansar un rato...

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